Década 1970

La década de los 70 es el inicio de una etapa de cambio para Cáritas. La reorganización de la diócesis en vicarias pone el foco en la constitución de Cáritas parroquiales en las parroquias. A raíz de ello se organiza la I Asamblea con miembros de las Cáritas parroquiales reforzando el valor del compromiso que tiene todas las personas voluntarias. 

La acción social va cogiendo fuerza y Cáritas es pionera en analizar la realidad y dar respuesta a las grandes necesidades de esos años: se  pone en marcha la Residencia Asistida de Ancianos en San Antonio de Benagéber, se crea una Comunidad Terapéutica para la rehabilitación de jóvenes drogodependientes en el Monasterio de la Trinidad de Benigànim y, con el objetivo de ayudar a la erradicación del chabolismo, se entregan 76 viviendas a familias que vivían en infraviviendas.  

Cáritas, sensible a la realidad social, marca una  nueva línea de sensibilización, concienciación, actuación y presencia, reforzando la animación de las comunidades parroquiales, la comunicación cristiana de bienes y la denuncia profética. 

La dimensión universal de la caridad se hace presente a través del apoyo a emergencias humanitarias en países como Indonesia, Filipinas o Nicaragua. 

 

Colonias San Vicente para menores de edad.

 

Guardería El Hogar.
Burjassot.

 

Proyecto RETO
València.

 

 

Asamblea de Cáritas.
València, 1976.

 

 

Instalaciones Campamento Orea.
Guadalajara.

 

Viviendas Meliana.

 

Residencia San Antonio de Benagéber.

 

«El amor al prójimo enraizado en el amor a Dios es ante todo una tarea para cada fiel, pero lo es también para toda la comunidad eclesial, y esto en todas sus dimensiones: desde la comunidad local a la Iglesia particular, hasta abarcar a la Iglesia universal en su totalidad. También la Iglesia en cuanto comunidad ha de poner en práctica el amor. En consecuencia, el amor necesita también una organización, como presupuesto para un servicio comunitario ordenado». 

Deus Caritas Est, 20. 
Benedicto XVI