Economía solidaria12/08/2020

Nour Eddine: «Me gustaría trabajar en empresas buenas que hay en València»

Esta entrada fue publicada a lo largo del curso 2019-2020 y la recuperamos ahora en este tiempo de verano, para nuestros lectores y lectoras.

Cuando detrás de una historia de superación hay personas organizadas, “detrás”, para que el empeño de ganarse un justo puesto en la vida llegue a buen puerto, se produce el milagro. 

En Cáritas sabemos mucho de milagros y sabemos que los mejores son los que se producen cuando se trabaja en equipo, conjunta y coordinadamente para apoyar a las personas que tanto nos necesitan porque por sí mismas no pueden salir adelante.

La madre de Nour Eddine acudió hace unos años a Cáritas Diocesana solicitando ayuda para tramitar una reagrupación familiar. En el Programa de Acogida y su departamento socio jurídico se hacen cargo de la gestión y, como siempre, le informan de cuál es su Cáritas parroquial, a la que se vincula enseguida.

Pasados unos meses, Nour Eddine y un hermano pequeño llegan a València. Acogida tramita sus permisos de residencia y le apoyan en la escolarización. Aunque Nour Eddine es un chico muy responsable y serio no logra superar el nivel de bachillerato y prefiere empezar un ciclo formativo. Como no encuentran plaza en ningún instituto de los que ofrecen ciclos formativos, desde el área de Economía Solidaria, que conoce recursos de formación laboral le proponen un ciclo formativo en el centro Xabec, que cumple las expectativas, aunque la situación familiar impide asumir los gastos formativos.

La Cáritas parroquial, que ya es conocedora de la situación de la familia apoya económicamente esos primeros meses del curso de Nour Eddine hasta que él, con las prácticas remuneradas, pueda asumir totalmente las mensualidades. Y ya tenemos a Nour Eddine, matriculado y con el curso en marcha.

Hasta aquí, el precioso trabajo en red y de coordinación de toda Cáritas para que este chico, con capacidad y ganas de labrarse un puesto digno en una sociedad difícil consiga su objetivo. Solo nos queda conocerle a él, saber su experiencia entre nosotros, su manera de sentir, sus ilusiones y sus sueños. Y aquí le tenemos:

Este es Nour Eddine. Tímido, con dulce sonrisa y buenos modales. Hace más de dos años que llegó, junto a otro hermano, a España. Él y sus dos hermanos pequeños quedaron en Marruecos con los abuelos cuando su madre vino a España a ganarse la vida.

¿Te matriculaste en el instituto nada más llegar a València?

— No. Antes estuve un año para aprender la lengua hablada y escrita en Cáritas de Benimàmet. Después me matriculé en el instituto en segundo del bachiller de Ciencias Humanas.

Sabemos que no te fue bien.

— Fue muy mal, muy mal. Yo no sabía nada de lo que íbamos a estudiar. Había asignaturas que no había visto en mi vida. Historia, Historia del Arte, Filosofía… En Marruecos era muy diferente. No podía continuar.

¿No llegaste a acabar el curso?

— No. Llegó un momento en que no podía seguir. Los profesores eran muy bien pero en sus asignaturas no entendía nada. No podía aguantar más.

¿Y los compañeros?

— Intentaban ayudarme todos. Cuatro eran españoles. Nueve, extranjeros como yo. De otros países. Ellos lo tenían todo correcto, todo aprobado.

Dejaste el instituto y, ¿qué hiciste?

— Intenté buscarme un centro de formación profesional. Fui al instituto de Benicalap y me dijeron que no había plazas para matricularme en Mecánica que es lo que yo quería hacer. Vine a Cáritas a ver si me podían ayudar. Le dije a Emi lo que yo quería y me encontraron un centro que se llama Xabec. No había Mecánica, solo Soldadura, pero era privado.

Y te encuentras con el problema del dinero

— Sí, pero Emi habló con la parroquia que está cerca de mi casa y les contó mi problema. Ahora todo está correcto. Estoy haciendo Soldadura. Está muy bien.

¿Qué te parece el curso?

—Somos trece chicos y una chica. Hacemos teoría y prácticas al mismo tiempo. Tres días a la semana estamos en una empresa en Quart de Poblet haciendo prácticas. Me gusta soldar. Soldamos con electrodo y vamos a empezar con TIG. Este curso es muy importante para mí porque me abre puertas. Después puedo hacer un grado superior y hasta ir a la Universidad.

¿Qué te gustaría hacer en la Universidad?

— En Marruecos quería hacer Filosofía… pero aquí ya no. Me gustaría hacer electromecánica para trabajar en empresas buenas que hay en València.

¿Tu hermano está en el instituto?

— Está haciendo peluquería que le gusta mucho.

Tu madre estará orgullosa de vosotros.

— Sí, pero está preocupada por el trabajo y por el alquiler… Y quiere traer a mi hermano pequeño con nosotros.

Nour Eddine tiene las mismas inquietudes, las mismas preocupaciones que cualquiera de nuestros hermanos y hermanas, de nuestros hijos e hijas, de nosotros mismos. Siempre ha buscado un lugar en la vida, con responsabilidad y trabajo. Su madurez le hizo dar un paso atrás en el instituto y los equipos de Cáritas organizados para abrir caminos hicieron el resto.

¿Quién podría decir que este chico no tiene derecho a las mismas oportunidades que otros jóvenes?