Niñas hoy
Esta semana, #ElCuentoDeLosViernes es musical... y va de respeto y educación, en varios sentidos.
La profe de música de segundo de primaria ha propuesto, para la próxima clase, que quienes están aprendiendo a tocar un instrumento puedan llevarlo e interpretar algo que les guste.
— Yo no puedo, —dice Luana rotunda—.
— ¿Y por qué no, Luana?
— Porque toco el piano.
Y una carcajada unánime resuena en el aula, ante la ingenuidad de la profe.
— Bueno, bueno, pues los que toquéis instrumentos fáciles de transportar, ¿vale? La guitarra, el ukelele, la flauta, el saxo…
A todos los niños y niñas les encanta la idea y a la siguiente clase se presentan los intérpretes con sus instrumentos.
Quienes no se han interesado nunca por la música quieren ver lo que encierran esas fundas tan raras. ¡Están muertos de curiosidad!
— ¡No! No son juguetes y hay que cuidarlos. Valen mucho dinero. Después los veréis y los examinaréis de cerca, —dice la profe viendo a los niños tan interesados en las fundas—.
Tras media hora de clase, empieza la audición. Los niños y niñas, sentados en círculo en las colchonetas, serán el primer público que disfrute del buen trabajo de los músicos de este curso.
— ¡Silencio! Va a empezar Blanca con el saxo y nos va a interpretar una bonita canción.
Blanca coloca la partitura en el atril, se pasa la correa por el cuello, la engancha al saxo y empieza a tocar las primeras notas.
A los compañeros y compañeras, sentados en las colchonetas, se les empieza a escapar la risa que tan fácil tienen.
Blanca deja de tocar y espera. No se da por vencida.
Luana, se levanta con cara de enfado, se coloca al lado de Blanca y dice con las manos puestas en jarras:
— Sois unos maleducados. Lo que hacéis es una falta de respeto. Y mañana, cuando Blanca sea una gran saxofonista, ya os sentiréis orgullosos de haber sido sus compañeros. Y yo tocaré el piano con ella. ¡Que lo sepáis!
La profe, coge a las dos niñas por los hombros, las atrae hacia ella y dice a toda la clase que Luana tiene mucha razón, que el saxo es un instrumento que pesa mucho y al principio cuesta manejarlo pero que Blanca ha hecho su elección y se esfuerza por aprender a tocarlo. Se nota que le gusta mucho.
— Y esto va para todos y todas: para aprender a tocar bien un instrumento hay que equivocarse muchas veces, hay que esforzarse, practicar, intentarlo una y otra vez hasta que consigues interpretar melodías maravillosas, como en cualquier otra profesión. Así es la vida. El respeto, como dice Luana, que ha sido muy valiente, está en escuchar con atención a vuestra compañera, eso la motivará para seguir adelante y guardará como un bonito recuerdo el día que, por primera vez, tocó el saxo delante de toda su clase. Debéis saber, niñas y niños, que el respeto que grabéis ahora en vuestro corazón como un gran tesoro, lo llevaréis durante toda la vida, que os servirá para ser buenas y grandes personas y poder construir juntos, hombres y mujeres, un mundo bueno y justo donde todos los seres humanos tengan cabida. Ahora estáis empezando a dar forma a lo que seréis mañana. Estudiáis, os relacionáis, vais creciendo y se van modelando vuestras inquietudes e intereses de futuro. También os iréis dando cuenta de que todos tenéis derechos y obligaciones que debéis alimentar. Chicas y chicos, —recalca la profe— solo juntos, en plena igualdad, podréis hacer de este el mundo mejor que todos deseamos.
— Y vamos, de nuevo, a escuchar buena música, atentos a las canciones de nuestros pequeños músicos. ¿Preparada, Blanca? —preguntó la profesora—.