Laura Guzmán: «El voluntariado es una respuesta basada en que formamos parte de una comunidad humana única»
Laura forma parte del Grupo diocesano de referentes de voluntariado y nos cuenta en qué consiste.
El Grupo diocesano de referentes de voluntariado es un proyecto innovador dentro de Cáritas, de amplitud confederal, que abarca todo el buen hacer de nuestro voluntariado, sus posibilidades dentro de un mundo cambiante que avanza deprisa y es Laura Guzmán, integrante del mismo, la que nos explica todo lo relativo a su creación, su tarea y sus objetivos.
Laura, ¿qué pretende este grupo?
Pretende crear un espacio de reflexión a partir de la necesidad que se constató en la última asamblea de Cáritas España de establecer una estrategia para abordar la situación, hoy y en un futuro inminente, de nuestro voluntariado.
¿Marcado por lo que las circunstancias actuales y la sociedad están demandando?
El perfil del voluntariado en Cáritas y en cualquier otra entidad está evolucionando, se mueve por motivaciones, intereses, inquietudes y un sentido que han ido cambiando y que nosotros, desde dentro de Cáritas y de la Iglesia, tenemos que mirar abiertamente y ver qué retos se nos están planteando.
En Cáritas España se inicia, pues, un proceso de trabajo y reflexión en el que abordar de manera estratégica y compartida cómo es nuestro voluntariado y, qué se le puede aportar para que su labor sea acorde a la evolución de los tiempos.
¿Cómo se plantea este proceso?
Cáritas Española, como respuesta a esta inquietud de la Asamblea, crea una propuesta de trabajo, en el ámbito confederal, pautado y ordenado en base a unas mismas etapas y fases, sostenida por un material específico para que todos los grupos de las diferentes diócesis trabajemos en paralelo.
¿Cuál es la propuesta de trabajo que se lleva a cabo?
Este proceso mantiene las tres fases de discernimiento, Ver, Juzgar y Actuar y en cada una de ellas se plantean diferentes reflexiones. Desde la fase de “Ver” hacemos un análisis de la realidad del voluntariado. En la fase de “Juzgar”, se buscarán cuales son los retos que esa realidad, en comparación con la sociedad, nos está demandando y en la fase de “Actuar” se establecerán las estrategias que se deben implementar para hacer confluir la necesidad del voluntariado con la realidad de la sociedad y definir qué voluntariado queremos, con qué carisma nos identificamos sin renunciar a lo que sustenta e inspira a Cáritas, el Evangelio. No debemos tener miedo a cambiar, a abandonar algunas fórmulas e incorporar otras que son necesarias.
¿Qué se pide hoy del voluntariado?
El voluntariado no solo debe ser el lugar donde las personas creyentes desarrollen su vocación de ser fieles al Evangelio, también se abre a personas no creyentes que hagan un proceso de descubrimiento e identificación con la labor de Cáritas. Es una oportunidad para la Iglesia incorporarlas desde la acción y el compromiso a la construcción del Reino. El voluntariado, en estos momentos, se entiende con matices, tiempos e implicaciones nuevos que también son valiosos. En todas las entidades de voluntariado existe una tarea de cuidar el voluntariado, asegurando que actúa con formación, apoyo y habilidades suficientes según el estilo de la entidad. Pues también nosotros necesitamos pensar este proceso, diseñarlo y estructurarlo para, poco a poco, poderlo implementar. En Cáritas hay muchos voluntarios y voluntarias incondicionales que por muy ardua que sea la tarea siempre van a estar ahí pero su crecimiento personal, su desarrollo y su bienestar no son intereses ajenos a Cáritas de la misma manera que la persona voluntaria debe sentir que Cáritas es un espacio de crecimiento, de desarrollo y de identidad para ella.
¿Es un estudio profundo que haga fácil los procesos de cuidado del voluntariado?
Claro. Hay que pensar en un proceso de acogida, de cuidado y de despedida en el que todas las personas voluntarias estemos en continua mejora y aprendizaje y que incorporar personas nuevas sea por el deseo de que sea así y no porque nos estemos quedando anquilosadas. Este es uno de los retos de este trabajo. El voluntario siempre va a necesitar que Cáritas esté sujetando, acompañando todo proceso, lo que provoca que se vaya creciendo, evolucionando y adaptándose a cada realidad del mundo.
En cada una de las sesiones que tenemos abordamos una de las fases del proceso de discernimiento y el material elaborado por todas las diocesanas, Cáritas Española lo convertirá en un documento, propuesta o estrategia confederal y a partir de ahí empezará a implementarse en todas las diócesis, en todas las parroquias, en cada pequeño equipito de cada pequeña parroquia.
¿De dónde debe beber Cáritas para atraer un voluntariado joven si las comunidades parroquiales están cada vez más envejecidas?
De nuestros alrededores. Tenemos comunidades parroquiales cada vez más envejecidas, sin jóvenes. Cáritas no va a ser diferente a lo que sociológicamente sea la Iglesia en este momento. La incorporación de personas más jóvenes que no vengan de las parroquias puede tener otra motivación y otro sentido y hay que saber cuál es para poder atraerla, recogerla y cuidarla.
Por último, Laura Guzmán define el voluntariado con una visión llena de esperanza. «El voluntariado es una respuesta basada en que formamos parte de una comunidad humana única, en que entendemos a la otra persona con nuestra misma dignidad. Nada que ocurra a las demás me es ajeno. Abordar el tema del voluntariado es clave para que todas sintamos que nuestro lugar en esa red es posible, viable y tiene un efecto humanizador. Por tanto, hay que hacer todo este trabajo sobre el voluntariado por ser la pieza clave para que todo este entramado de humanidad, de construcción del Reino, continúe siendo el eje de la historia».