Emergencia DANA27/02/2025

José Torres: «La primera ayuda me vino de Cáritas, me cayó del cielo»

José Torres, osteópata, con la ayuda de Cáritas y muchas personas voluntarias, ha conseguido que el local se vaya pareciendo al que albergaban sus sueños.

José Torres, osteópata, en veinticuatro años se ha ganado un prestigio dentro de su profesión a base de eficacia y de hacer bien las cosas. Lo avalan los comentarios en Internet de quienes han pasado por su clínica. Creciendo el número de sus pacientes, con cuatro empleados, a mediados del pasado septiembre amplió su consulta a un local de trescientos cincuenta metros cuadrados.

No hubiera creído jamás que mes y medio después de una inauguración festiva y prometedora, esa clínica impoluta sería arrasada por una agua embarrada llegada para destruir.

Hoy, hombre valiente, ha conseguido que el local se vaya pareciendo al que albergaban sus sueños.

Tras quitar, con una inmensa ayuda, el lodo, sin puertas y casi sin tabiques, pone un gran cartel en la puerta:

«Se dan masajes a cero euros, para mi pueblo y el voluntariado»

Su casa, dañada de la misma manera, le da un respiro porque él y su familia pueden hacer vida en la planta de arriba. Los dos coches también los ha perdido, pero ahora lo urgente es poner en marcha el negocio, su sustento.

José, es casi un milagro pensar cómo dejó esta clínica la DANA y cómo la vemos ahora.

Nos sacaron con el agua al cuello. Eso sí que fue un milagro. El primer día que pude venir aquí, sabía lo que me iba a encontrar y me dije: “ahora es cuando tienes que demostrar quién eres, tira para adelante que la gente te va a necesitar”. Estuvimos quince días sacando barro, mobiliario y aparatos. Y así, en todos los bajos. Me di cuenta de la voluntad tan grande de la gente, vecinos y vecinas, personas voluntarias de todas partes y militares. Ellos me estaban dando algo que yo no me esperaba. Pensé “qué grande es la vida en estos momentos tan difíciles. ¿Por qué no ayudas tú ahora a la gente que lo necesita?”.  Y con la clínica destrozada, con plásticos de bolsas de basura  para que las personas no se vieran desnudas, con camillas que me donaron, me puse a hacer masajes a todo el mundo. Busqué ayuda por redes sociales y vinieron de varias partes de España fisioterapeutas y otros especialistas. Llegamos a realizar unos mil masajes.

José, estás en el punto de partida, empezando de cero pero con la cabeza bien puesta, buscando recursos para, al menos, poder abrir en condiciones.

Yo, al principio, no sabía si quería volver a reiniciar todo esto o si podría. Es que era terrible. Un caos. Una desgracia.

¿Habrás tenido que recurrir a un ERTE para los empleados que tienes?

Sí, pero ya he sacado a tres y con el cuarto espero hacerlo pronto. La situación es difícil porque los clientes que tengo de Paiporta en lo que menos piensan es en su salud. La gente está aturdida aun, mal. Pero la faena me está esperando ahí. Además, tengo un espacio muy grande para formar a nuevos profesionales.

Hará falta, de nuevo, mucha inversión para poner esto en marcha y habrás tenido que empezar pronto a gestionar ayudas.

La primera ayuda me vino de Cáritas. Fue una ayuda que me cayó del cielo. Pasaron por aquí y me preguntaron. Iban casa por casa. Te hablaban de una manera excepcional, escuchándote de verdad, como diciendo “te quiero escuchar”,  compadeciéndose de ti. Eso, hoy en día, es muy complicado, porque al final, estamos todos llorando y la gente se cansa de escuchar cómo nos quejamos. Pasan los días, los meses y no tenemos otra versión que contar. Vivimos en la tragedia. Nuestro pueblo está destrozado. Cáritas, no se cansa. Yo no hubiera pensado nunca que me podrían ayudar. Con tanta gente que hay mal, con tantos negocios devastados, ¿por qué a mí? Yo pensaba en el seguro, en las ayudas del Estado. Pues al final ha llegado mucho antes Cáritas que las otras. Y estoy preparando documentación porque voy a tener que pedirles de nuevo. El pladur para los tabiques, el suelo, las puertas y las cristaleras ya están puestos. Ahora la aparatología, el ERTE… A partir de marzo tengo que pagar cinco nóminas. Eso es mucho dinero. Me he centrado en el negocio porque es de donde yo llevo la economía a mi familia pero está mi casa, los dos coches… Seguro que hay salidas. Hoy he hablado con Vicen de Cáritas y me ha dicho que no me tire atrás, que no me rinda. La verdad es que se ponen en marcha para hacer lo que puedan.

Este es un negocio que da trabajo a cinco personas, que se preocupa de la salud y el bienestar de las personas. A José la salud de las personas le importa de verdad. Lo da todo por la persona que quiere cuidarse. Por eso buscará donde haga falta, incansable, con la esperanza de reanudar una actividad en la que la salud es el objetivo.