Fundaciones18/09/2024

Informe Mundial sobre las Drogas, 2024

En una década el número de personas que consumieron alguna droga ha aumentado un 20 por ciento.

A principio de este verano se publicó el Informe Mundial sobre las Drogas, realizado por la ONU. En él se analizan los mercados del narcotráfico, las tendencias y la evolución de las políticas para abordar sus efectos en la salud pública, ayudando a los países a mitigar sus impactos.

En una década, el número de personas que consumieron alguna droga ha aumentado un 20 por ciento.

El cannabis sigue siendo, con diferencia, la droga más consumida. El 78 por ciento del total de consumidores probaron esta droga, frente al 20 por ciento que consumieron opioides y el 10 por ciento anfetaminas. La cocaína fue probada por un 8 por ciento del total, y el éxtasis por un 7 por ciento.

El consumo crece, al disminuir la percepción del riesgo de su consumo, a pesar de los daños que se sufren, tanto en la salud como a nivel de proyecto de vida.

Con respecto al consumo de cannabis, el epidemiólogo de la Organización de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), Kamran Niaz, alerta del mayor número de ingresos hospitalarios por casos de psicosis inducida por cannabis y otros efectos agudos por su consumo.

Los adolescentes muestran una mayor prevalencia de consumo de drogas que los adultos, y destaca especialmente el del cannabis. También a través del vapeo, ya que algunos cigarrillos electrónicos permiten inhalar cannabis.

La ONU recuerda que en los países donde se ha legalizado su uso recreativo parece haberse acelerado el consumo nocivo de la droga y también ha traído la creación de productos derivados del cannabis con alto contenido en THC. Las hospitalizaciones, los trastornos psiquiátricos e intentos de suicidio asociados al consumo de cannabis han aumentado en Canadá y Estados Unidos.

Las mujeres siguen teniendo más dificultades para acceder a tratamiento y cuentan con menos apoyo del entorno. De los 64 millones de personas que sufren algún tipo de trastorno relacionado con el consumo de drogas, sólo el 9 por ciento recibe tratamiento.

La dificultad de acceder a terapias afecta más a las mujeres, con solo un 5 por ciento, que a los hombres, que alcanzan el 18 por ciento.

En el mundo, las mujeres solo suponen el 25 por ciento de quienes consumen drogas, pero sufren mucho más que los hombres la violencia, los abusos y los daños a la salud asociados al consumo y a su estilo de vida. Además; suelen llegar más tarde a los tratamientos, por el peso del estigma, las obligaciones que asumen con familiares y la falta de apoyo del entorno.

La producción de cocaína pura alcanzó las 2757 toneladas en 2022, un 20 por ciento más que en 2021, superando el récord establecido el año anterior y a pesar de que el cultivo de la hoja solo aumento un 12 por ciento entre 2021 y 2022 Esta avalancha es paralela a un aumento de la violencia en las zonas de producción y tránsito, sobre todo Ecuador y el Caribe, y a un gran consumo en ciertas áreas del mundo como Europa Occidental, central y suroriental donde las cantidades consumidas crecieron un 80 por ciento y donde la cocaína sigue siendo la primera sustancia ilegal por la que se pide tratamiento de superación de la adicción. Luego se descubren realidades de policonsumo, pero acuden a tratamiento por la cocaína.

El consumo de anfetaminas ha crecido, sobre todo en Europa, justificado por su facilidad en la producción y su elevada rentabilidad.

De los 14 millones de personas que se inyectaron drogas en 2022, el 49 por ciento tiene hepatitis C, el 11,5 por ciento están infectados de VIH y el 10 por ciento tiene ambas enfermedades. El riesgo que esos consumidores endovenosos tienen de contraer VIH es 35 veces mayor que el del resto de la población. De hecho, más de la mitad de las nuevas infecciones por VIH corresponden a la población que se inyecta drogas.

En estos momentos, la principal prevención de la hepatitis C y del VIH consiste en reducir esta vía de infección, sea porque se abandone el consumo, se abandone la vía de suministro inyectable o se consiga un consumo de drogas higiénicamente seguro.

Los consumos crecen, las sustancias aumentan, los marcos legislativos divergen, algunos cultivos crecen y la elaboración en laboratorios se dispara.

La realidad más preocupante son los trastornos causados por el uso de drogas a una edad temprana. Son especialmente preocupantes al generar un círculo vicioso que implica un menor nivel educativo y reduce las posibilidades de una integración social satisfactoria.

El mayor riesgo de contraer una enfermedad mental todavía empeora más la valoración del consumo entre personas jóvenes. Hablamos de procesos de vida quebrados cuando deberían de estar comenzando a construir esa vida desde la autonomía y cuando tienen una expectativa de vida de bastantes décadas.