Aprendizaje y servicio en el Hogar Mare De Déu
La metodología de aprendizaje y servicio combina el aprendizaje académico con el servicio a la comunidad y está dirigido al alumnado de los centros educativos.
Aprendizaje y servicio es una metodología que combina el aprendizaje académico con el servicio a la comunidad, dirigido a jóvenes estudiantes y considerada por la UNESCO como una «pedagogía poderosa para imaginar nuevos futuros de la educación» y la convivencia entre jóvenes.
Pablo Mascaró, director del Hogar Mare de Déu dels Desemparats y dels Innocents, nos explica como se ha implementado en este Hogar el enfoque social que alumnado de otros centros dan a su trabajo y donde se pretende que la educación impartida a sus residentes y sus relaciones sociales sean de la mejor calidad.
«Aprendizaje y servicio surge cuando la comunidad educativa se da cuenta de que, a veces, los y las estudiantes, de instituto o de la Universidad, realizan trabajos, digamos ficticios, que no acaban de consolidar ni el aprendizaje ni su finalidad. Enlazando aprendizaje y servicio comunitario se consigue enriquecer el aprendizaje y que sea integral su aplicación», según explica Pablo Mascaró, director del Hogar.
El método es la elaboración de un trabajo de fin de curso o de fin de grado llevado a cabo como un proyecto de aplicación real. Cualquier asignatura es susceptible de ser planteada con una finalidad de servicio. De los institutos reciben propuestas y también de la Universidad, sobre todo de titulaciones vinculadas a la acción social, como el grado de Integración Social o Psicología. A veces nos encontramos con ramas que buscan la transformación social del alumnado. El objetivo es inculcar valores de los que la educación se está desvinculando.
«En el Hogar colaboramos con las Escuelas San José. Ya hemos tenido una buena experiencia con el ciclo superior de Administración y su asignatura de Búsqueda de empleo. Hemos dado dos charlas de contextualización de un centro de menores. Les hemos explicado cómo son nuestros chicos y chicas. Una visita al Hogar les ha permitido apadrinar a uno de ellos, de diecisiete años, en búsqueda de empleo, para ayudarle en ese propósito. Confección de curriculum, utilización de aplicaciones para la búsqueda de empleo, preparación de entrevistas y hacer un barrido de su red de contactos ya que, mediante los contactos, se consiguen muchos puestos de trabajo», añade.
El proceso de unión de los jóvenes del Hogar Mare de Déu y de los de las Escuelas San José que están realizando esta APS es acompañando por profesores del centro y profesionales del Hogar y lo que se valora no es solo encontrar de un empleo, sino también que se conozcan entre ellos, que hayan ampliado su red de contactos y les hayan añadido a sus redes sociales. Han hecho amigos, lo que les vendrá muy bien a la hora de integrarse cuando estén fuera del Hogar.
Con el ciclo medio de las Escuelas también realizan una práctica social mediante un torneo de fútbol.
«Otra experiencia muy buena que hemos desarrollado —añade Pablo— es con la Universidad Católica de Valencia en el grado de psicología. Han sido seis alumnos a quienes hemos ofrecido una actividad enfocada al tiempo libre de nuestros chicos y chicas. Los universitarios se involucran en la oferta de ocio alternativo que tenemos en el Hogar. Una tarde de película con palomitas, un taller de uñas, un paseo en bicicleta… En una primera visita los estudiantes conocerán a nuestros chicos, se integrarán en nuestra rutina, en las actividades que proponemos. En la segunda, tendrán una reunión con los niños y niñas y serán estos quienes propongan actividades que les gustan. Visita al Bioparc, un concierto, ir a merendar… A cada alumno le asignamos un niño o niña. Acabaremos con una merienda y una evaluación de lo que han aprendido sobre la realidad que tienen los chicos y chicas del Hogar, de la presión que soportan, en el ámbito psicológico, al tener que formarse en temas cortos y rápidos, buscar trabajo antes de los dieciocho años, de cómo echan de menos a la familia, de celebrar el Ramadán sin ella. Que los estudiantes, naturalmente, conozcan a los niños y niñas, que hablen, que se cuenten cosas. No se trata de que sea algo académico y formal sino encontrar un beneficio por ambas partes. El alumnado hará un diagnóstico social: cómo son los niños y niñas, de dónde vienen, el motivo por el que vienen, cómo están, qué les hace felices, que, a veces, les sorprende. Nuestros participantes se benefician de un tiempo de calidad compartido, ven que hay gente que se interesa por ellos y ellas, si le apetece ir al cine, les invitan…».
La valoración es muy positiva: «Hasta ahora estamos muy contentos pero debemos llevar mucho cuidado porque estas propuestas se están adoptando cada vez más y debemos evitar la exposición de los niños, niñas y adolescentes de nuestro centro, por eso, estas iniciativas, las estamos llevando con mucho cariño y muy poco a poco, con cuidado», afirma Pablo.