Amparo Climent: «Este premio no solo nos da ilusión sino que refuerza nuestro compromiso»
Café y tertulia es el proyecto de Cáritas parroquial “Asunción de Nuestra Señora” de Alboraya reconocido en el día del Voluntariado 2023, el pasado mes de diciembre.
Ha sido calificado como proyecto innovador y serán las palabras de Amparo Climent, integrante del equipo, agradeciendo la mención recibida, las que nos dan a conocer este espacio de acompañamiento y fraternidad en la fe. Palabras que muestran el conocimiento veraz del mundo que habitamos y de sus gentes, buena parte de las cuales, con serios problemas para desarrollar un proyecto vital digno, emigran donde creen que pueden emprender una nueva vida.
Amparo pone, en el acto celebrado, la cara y la voz para presentar este proyecto que «lleva consigo el impulso y la implicación tanto de los sacerdotes, Juanjo y Antonio, como de las voluntarias del equipo de empleo, Mireya, Merce i Aina».
El grupo Café-tertulia lo forman Antonio, sacerdote, Lourdes, Thais, José, Mary, Lucero de Dios, Magdalena, Juan Pablo, Anderson, Franly, Karina, Antonieta, Francy y son sus verdaderos protagonistas.
«Si innovar significa dar una solución creativa y original para abordar problemas, podemos decir que este proyecto se ajusta a la definición. El corazón de Cáritas palpita y, al hacerlo, suelen pasar estas cosas. Surgen iniciativas, propuestas que se van concretando en proyectos como este».
«Solo intentamos, —explica Amparo—, a partir de la realidad que constatamos. ofrecer un nuevo servicio que no solo es material, sino que, además, atiende otra necesidad fundamental, la espiritual. Nos fundamentamos en uno de los principios de Cáritas: llamados a tejer comunidad fraterna e inclusiva, que se va creando en el encuentro, el vínculo, el cuidado, la participación y donde las personas dan y reciben»
El proyecto Café Tertulia nace hace poco más de un año como respuesta a una realidad que se venía detectando. Llegan mucha personas participantes de Latinoamérica con raíces cristianas y que no cuentan con ninguna comunidad de referencia.
«El pueblo de acogida les facilita la integración a otros niveles: económico, cultural, social,… pero, ¿y su necesidad espiritual? ¿Qué debería hacer la comunidad parroquial del pueblo para encauzar, alimentar y que puedan expresar su fe?» —añade—.
El equipo de Cáritas, con el apoyo del párroco, dio forma e impulso a la iniciativa. «Desde las atenciones empezamos la difusión de la propuesta y pronto surgen los primeros participantes. Así empezó el grupo Café-tertulia, compartiendo vida, preocupaciones, alegrías y fe».
«Queremos dar las gracias a Cáritas Diocesana por su constante apoyo e interés real en formarnos a voluntarios y voluntarias. Este premio no solo nos da ilusión sino que refuerza nuestro compromiso de seguir viviendo el amor fraterno», afirma Amparo.
Sigue Amparo Climent relatando cómo, con el tiempo, el grupo se ha conformado desde la realidad de cada una de las personas participantes. Son ellas quienes deciden los temas a tratar. Oración, merienda compartiendo lo que cada uno lleva, y ¡alguna visita religiosa-cultural!.
Hoy, finaliza Amparo, es un grupo vivo, cohesionado y abierto, integrado, en buena medida, en la parroquia, haciendo comunidad.
«Nadie en el equipo hubiera imaginado el alcance de las pequeñas decisiones que, de manera encadenada, nos han traído hasta aquí. El secreto ha estado en dejarnos conducir por el Dios que nos habita. Ojalá, con la ayuda del Espíritu, seamos capaces de acoger, a este nivel, quienes llegan sin otros apoyos y con las mochilas bien cargadas de soledad, incertidumbre y sufrimiento».