Acción social

Un cambio en la entrega de alimentos: tarjetas solidarias

Para que las familias puedan elegir y comprar los alimentos que necesitan.

Una visión rápida

  • ¿Quién lo hace?: las Cáritas Parroquiales o interparroquiales.
  • ¿En qué consiste?: hemos sustituido la entrega de bolsas de comida por tarjetas con las que las familias pueden comprar alimentos de la cesta básica.
  • ¿Dónde se lleva a cabo?: en trece puntos de la diócesis:

Vicaría 1

  • Arciprestazgo 1 Cáritas Parroquial de El Buen Pastor. València
  • Arciprestazgo 4 “Virgen de la Valvanera. València
  • Parroquia Sagrado Corazón de Jesus. València

Vicaría 3

  • Cáritas Stmo. Cristo de la Fe – La Canyada (Paterna)
  • Cáritas Ntra. Sra. de Terramelar – Terramelar (Paterna)
  • Cáritas Ntra. Sra. del Olivar – Alaquàs

Vicaría 6

  • Interparroquial Cocentaina
  • Interparroquial Ontinyent
  • Albaida
  • Genovés

Vicaría 7

  • Interparroquial de Cullera

Vicaría 8

  • Dénia
  • Gandia

El proyecto en detalle

En el año 2015 iniciamos una reflexión sobre la ayuda en alimentación básica que realizaban nuestras Cáritas parroquiales. Cuáles eran las distintas formas e iniciativas que se desarrollaban en el territorio de nuestra diócesis y de qué manera esas experiencias estaban dignificando a la persona que las recibían, si tenían un carácter promocional y/o educativo o si por el contrario, estaban generando dependencia y cronificando algunas situaciones. A partir de ahí se puso en marcha el proyecto de entrega de tarjetas solidarias que consiste en:

  • se trata de tarjetas prepago nominales que se entregan a las familias que valoran desde Acogida;
  • la cantidad asignada depende de la necesidad de la familia y de la cantidad de miembros de la unidad familiar y es establecida previamente por la Cáritas parroquial;
  • la familia firma un documento en el que se compromete a hacer un uso responsable de ella, a presentar los tickets de compra en la acogida cuando se le soliciten y a participar en las diversas actividades que se les propongan desde la acogida (cursos, talleres, etc.).

Para saber más

El siguiente vídeo está protagonizado por María y Mary, voluntarias de Cáritas Interparroquial de Cullera y una de sus personas participantes. En él explican cómo han iniciado la transformación de sus programas de ayuda de emergencia para adaptarlos a las necesidades reales de las personas acompañadas, estimular su autonomía y respetar su dignidad.

Objetivo General

El objetivo general de este proyecto es avanzar en la dignificación de la ayuda de alimentos por parte de las Cáritas parroquiales ofreciendo otro modelo que facilite el acceso a la alimentación básica de las personas participantes, buscando su implicación y empoderamiento desde criterios de responsabilidad, autonomía y confianza y evitando así la cronificación de la pobreza y su transmisión intergeneracional.

Objetivos específicos

  • dignificar el acceso de las familias con recursos escasos y que recibían hasta ahora alimentos en especie;

  • fomentar la autonomía de la persona a través de la autogestión de los recursos disponibles;

  • fomentar hábitos saludables y ampliar sus conocimientos en la economía del hogar y la alimentación saludable, planificar menús, evitar desperdicios, adaptarse a las necesidades de los diferentes miembros de la familia;

  • fomentar el comercio local al mismo tiempo que facilitar estructuras relacionales cercanas a las personas participantes;

  • reorientar la labor del voluntariado en la atención y acompañamiento de las personas participantes y no solo en la gestión de los alimentos;

  • aumentar la cantidad y calidad de los espacios de escucha y las relaciones.

Valores.

 

Los valores en que se basa el nuevo modelo son los siguientes:

 

  • respeto a la dignidad de todas las personas;
  • confianza en sus capacidades;
  • responsabilidad y participación;
  • acompañamiento de procesos;
  • gestión eficiente de los recursos;
  • esperanza y actitud de superación;
  • economía ética del comercio local.
 
«Es la hora de una nueva «imaginación de la caridad», que promueva no tanto y no solo la eficacia de las ayudas prestadas, sino la capacidad de hacerse cercanos y solidarios con quien sufre, para que el gesto de ayuda sea sentido no como limosna humillante, sino como un compartir fraterno»
(Juan Pablo II, Carta Apostólica «Novo Millennio Ineunte», 50).